columnaTanto la blogosfera como las redes sociales son son instrumentos gratis para expandir la sana doctrina, pero tambien la mala doctrina; esa que no es saludable sino que lleva una mezcla nociva de verdad con mentira. Es la mas peligrosa, porque muchos incautos la leen, la asimilan y creen que están en la sana doctrina, pero el virus a penetrado en su pensamiento y no tardara en llegar a su voluntad para mover una ‘praxis’ contraria a la Palabra de Dios. Tal es el caso de algunos que se hacen llamar «reformados supralapsarios» y andan por las redes y por la blogosfera esparciendo la falsa doctrina de decir que Dios es el autor activo del pecado y que su Decreto es simétrico, tanto para los que se salvan como para los que se pierden, esto es, que Dios no solo decreto el pecado sino que hizo pecar activamente al hombre desde su corazón. Básicamente lo que plantea es que el Decreto de Dios, y no el pecado, es la causa de la reprobación. Dios no solo decreto la caída de Adan sino que lo empujo para que se cayera. Eso es lo que básicamente enseña esta falsa doctrina, la cual es blasfemia y que proviene de teólogos, maestros, ministros y estudiantes de teología que se hacen llamar «reformados supralapsarios».

Ninguna de nuestras Confesiones de Fe enseñan tal cosa. Aquí traemos un compendio de algunas de las principales confesiones reformadas para demostrar que las mismas están contra de esos que se hacen llamar «reformados supralapsarios» y esparcen esta mala semilla dentro del campo del Señor, reclamando incluso que Juan Calvino estaba de su lado en este disparate teológico, contra el cual, el mismo tuvo que combatir en sus días y sobre el particular dijo:

[«Nada se podrá decir que sea demasiado enérgico o demasiado severo para condenar tan monstruosa blasfemia […] Que mi nombre, por lo tanto, no se vea enlazado con esa horrible profanidad.»]   

Cita: Juan Calvino, «La Predestinación y la Providencia de Dios» pagina 295, Editorial CLIR

Es nuestro deber como siervos del Señor advertir a los hermanos acerca de estas cosas, para que su crecimiento sea saludable. Bueno es afirmar el corazón en la gracia y no en doctrinas extrañas a la fe.

Aunque los embates del error han sido muchos a través de los siglos, la Iglesia de Cristo debe seguir siendo «columna y baluarte de la verdad» (1Timoteo 3:15)

En el amor del Señor, vuestro consiervo,

Felipe

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(Mayúsculas subrayadas para énfasis)

Confesión de Westminster 3/VII

VII. Respecto a los demás hombres [réprobos], Dios ha permitido, según el consejo inescrutable de su propia voluntad, por el cual otorga su misericordia o deja de hacerlo según quiere, para la gloria de su poder soberano sobre todas las criaturas, pasarles por alto y ordenarlos a deshonra y a ira A CAUSA DE SUS PECADOS, para alabanza de la justicia gloriosa de Dios.

Confesión de Westminster 4/II

II. Después que Dios hubo creado todas las demás criaturas, creo al hombre, varón y hembra, con alma racional e inmortal, dotados de conocimiento, rectitud y santidad verdadera, a la imagen de Dios, teniendo la ley de Dios escrita en su corazón, y capacitados para cumplirla; sin embargo, con la posibilidad de que la transgredieran DEJADOS A SU LIBRE ALBEDRÍO QUE ERA MUTABLE. Además de esta ley escrita en su corazón, recibieron el mandato de no comer del árbol de la ciencia del bien y del mal, y mientras guardaron este mandamiento, fueron felices, gozando de comunión con Dios, y teniendo dominio sobre las criaturas.

Confesión de Westminster 5/IV

IV. El poder todopoderoso, la sabiduría inescrutable y la bondad infinita de Dios se manifiestan en su providencia de tal manera, que esta se extiende aún hasta la primera caída y a todos los otros pecados de los ángeles y de los hombres, y esto no solo por un mero permiso, sino que los ha unido a ella con la más sabia y poderosa atadura, ordenándolos y gobernándolos en una administración múltiple para sus propios fines santos; pero de tal modo, que LO PECAMINOSO PROCEDE SOLO DE LA CRIATURA, Y NO DE DIOS, quien siendo justísimo y santísimo, no es, ni puede ser autor o aprobador del pecado.

Confesión de Westminster 6/I

I. Nuestros primeros padres, seducidos por la sutileza y tentación de Satanás, pecaron al comer del fruto prohibido. Quiso Dios, conforme a su sabio y santo propósito, PERMITIR ESTE PECADO habiendo propuesto ordenarlo para su propia gloria.

Confesión de Westminster 9/II

II. El hombre en su estado de inocencia,  TENÍA LIBERTAD Y PODER PARA QUERER Y HACER LO QUE ES BUENO Y AGRADABLE A DIOS, sin embargo era mutable y podía caer de dicho estado.

Cánones de Dort 1:5 y 7

«5.- LA CAUSA O CULPA DE ESA INCREDULIDAD, ASÍ COMO LA DE TODOS LOS DEMÁS PECADOS, NO ESTÁ DE NINGUNA MANERA EN DIOS, SINO EN EL HOMBRE, Pero la fe en Jesucristo y la salvación por medio de El son un don gratuito de Dios; como está escrito: Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de nosotros, pues es don de Dios (Ef. 2:8). Y así mismo: Porque a vosotros os es concedido a causa de Cristo, no sólo que creáis en El… (Fil. 1:29).»

«7.- Esta elección es un propósito inmutable de Dios por el cual El, antes de la fundación del mundo, de entre TODO EL GÉNERO HUMANO CAÍDO POR SU PROPIA CULPA, de su primitivo estado de rectitud, en el pecado y la perdición, predestinó en Cristo para salvación, por pura gracia y según el beneplácito de Su voluntad, a cierto número de personas, no siendo mejores o más dignas que las demás, sino hallándose en igual miseria que las otras, y puso a Cristo, también desde la eternidad, por Mediador y Cabeza de todos los predestinados, y por fun­damento de la salvación. Y, a fin de que fueran hechos salvos por Cristo, Dios decidió también dárselos a él, llamarlos y atraerlos poderosamente a Su comunión por medio de Su Palabra y Espíritu Santo, o lo que es lo mismo, dotarles de la verdadera fe en Cristo, justificar­los, santificarlos y, finalmente, guardándolos poderosamente en la comunión de Su Hijo, glorificarlos en prueba de Su misericordia y para alabanza de las riquezas de Su gracia soberana. Conforme está escrito: según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuéremos santos y sin mancha delante de él, en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el Puro afecto de Su voluntad, para alabanza de la gloria de Su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el Amado (Ef. 1.4-6); y en otro lugar: Y a los que predestinó, a éstos también llamó; y a los que llamó, a éstos también justificó, y a los que justificó, a éstos también glorificó. (Rom. 8:10).»

Cánones de Dort 3:1

«I.- Desde el principio, el hombre fue creado a imagen de Dios, adornado en su entendimiento con conocimiento verdadero y bienaventurado de su Creador, y de otras cualidades espirituales; en su voluntad y en su corazón, con la justicia; en todas sus afecciones, con la pureza; y fue, a causa de tales dones, totalmente santo. Pero apartándose de Dios POR INSINUACIÓN DEL DEMONIO Y DE SU VOLUNTAD LIBRE, se privó a sí mismo de estos excelentes dones, y a cambio ha atraído sobre sí, en lugar de aquellos dones, ceguera, oscuridad horrible, vanidad y perversión de juicio en su entendimiento; maldad, rebeldía y dureza en su voluntad y en su corazón; así como también impureza en todos sus afectos.»

Cánones de Dort/ Conclusión

«Esta es la explicación escueta, sencilla y genuina de la doctrina ortodoxa de los CINCO ARTÍCULOS sobre los que surgieron diferencias en los Países Bajos, y, a la vez, la reprobación de los errores que perturbaron a las iglesias holandesas durante cierto tiempo. El Sínodo juzga que tal explicación y reprobación han sido tomadas de la Palabra de Dios, y que concuerdan con la confesión de las Iglesias Reformadas. De lo que claramente se deduce que aquellos a quienes menos correspondían tales cosas, han obrado en contra de toda verdad, equidad y amor, y HAN QUERIDO HACER CREER AL PUEBLO QUE LA DOCTRINA DE LAS IGLESIAS REFORMADAS RESPECTO A LA PREDESTINACIÓN Y A LOS CAPÍTULOS REFERENTES A ELLA DESVÍAN, POR SU PROPIA NATURALEZA Y PESO EL CORAZÓN DE LOS HOMBRES DE TODA PIEDAD Y RELIGIÓN; que es una comodidad para la carne y el diablo, y una fortaleza de Satanás, desde donde trama emboscada a todos los hombres, hiere a la mayoría de ellos y a muchos les sigue disparando mortalmente los dardos de la desesperación o de la negligencia. QUE HACE A DIOS AUTOR DEL PECADO Y LA INJUSTICIA, TIRANO E HIPÓCRITA Y QUE TAL DOCTRINA NO ES OTRA COSA SINO UN EXTREMISMO RENOVADO, MANIQUEÍSMO, LIBERTINISMO Y FATALISMO; que hace a los hombres carnalmente descuidados al sugerirse a sí mismos por ella que a los elegidos no puede perjudicarles en su salvación el cómo vivan, y por eso se permiten cometer tranquilamente toda suerte de truhanerías horrorosas; que a los que fueron reproba­dos no les puede servir de salvación el que, concediendo que pudiera ser, hubiesen hecho verdaderamente todas las obras de los santos; que con esta doctrina SE ENSEÑA QUE DIOS, POR SIMPLE Y PURO ANTOJO DE SU VOLUNTAD, Y SIN LA INSPECCIÓN O CRÍTICA MÁS MÍNIMA DE PECADO ALGUNO, PREDESTINÓ Y CREÓ A LA MAYOR PARTE DE LA HUMANIDAD PARA LA CONDENACIÓN ETERNA; QUE LA REPROBACIÓN ES LA CAUSA DE LA INCREDULIDAD E IMPIEDAD DE IGUAL MANERA QUE LA ELECCIÓN ES FUENTE Y CAUSA DE LA FE Y DE LAS BUENAS OBRAS; que muchos niños inocentes son atrancados del pecho de las madres, y tiránicamente arrojados al fuego infernal, de modo que ni la sangre de Cristo, ni el Bautismo, ni la oración de la Iglesia en el día de su bautismo les pueden aprovechar; y muchas otras cosas parecidas, que LAS IGLESIAS REFORMADAS NO SOLO NO RECONOCEN, SINO QUE TAMBIÉN RECHAZAN Y DETESTAN DE TODO CORAZÓN