En la Biblia…

– Antes de que Israel existiera como pueblo, 430 años antes de la promulgación de la Ley escrita, Dios revela su Pacto a Abraham y da mandamientos sobre la inclusión de los hijos de los creyentes y manda expresamente a ponerles la señal de ese Pacto, sin tener su infancia como obstáculo (Génesis 17)

Conforme a ese mandamiento, durante todo el periodo de la Iglesia del Antiguo Testamento (Israel), los niños fueron incluidos como parte del pueblo de Dios, y les fue administrada la circuncisión en edad infantil, tal y como Dios había mandado desde Abraham.

– Luego de la encarnación del Verbo, esto es Cristo, el Mesías prometido, el apóstol Pedro habla a la Iglesia en su mensaje de Pentecostés, y dice expresamente que el Pacto y su promesa siguen vigentes para los creyentes y sus hijos, ya no solo para los judíos, sino también para los gentiles. (Hechos 2: 38-39)

– El apóstol Pablo, dice que los hijos de los creyentes (al menos uno de los padres sea creyente) son santos en virtud del Pacto. (1 Corintios 7:14)

– Todos los creyentes, sean judíos o gentiles, somos hijos de Abraham por medio de la fe. Somos descendencia de Abraham por la fe, y por lo tanto, sigue vigente lo que Dios mando acerca de la descendencia de los creyentes. (Galatas 3: 28-29)

– Hay varios ejemplos bíblicos en el Nuevo Testamento acerca del bautismo de familias enteras (oikobautismos) que obviamente, habían niños. (Hechos 16; 1 Corintios 1)

– Dios no dice nada en el Nuevo Testamento acerca de cambiar lo que ya había dispuesto para los creyentes y sus hijos en la Iglesia, esto es, recibirles como parte de la Iglesia y administrarles la señal externa de pertenencia a su Pacto.

– Entonces, después de toda esta evidencia aplastante sobre la inclusión paidobautista, vienen los bautistas y dicen: «dame un solo texto en el Nuevo Testamento donde se bautice a un niño»