
Es del conocimiento de la mayoría del cristianismo promedio, que hay iglesias que se oponen, rechazan, no practican, el bautismo de los niños de sus iglesias y que las iglesias reformadas sí lo hacen. Es un hecho. No es algo inventado por nosotros. Pero acontece que hay un fenómeno eclesiológico muy interesante: iglesias que se autodenominan «reformadas» pero rechazan el bautismo de los niños de la iglesia.
Sus argumentos para tal oposición son todos humanistas, ninguno bíblico:
– los niños son muy pequeños
– no son conscientes
– no son responsables
– no pueden ejercer fe (como si la fe dependiera del que la ejerce o no)
– no pueden arrepentirse de sus pecados (como si el arrepentimiento fuese capacidad del hombre)
– no entienden ( como si la gracia de Dios dependiera de entenderla)
– en el NT no se habla de bautismo de infantes ( como si la revelación de Dios sólo fuese en el NT, algo muy Dispensacionalista, y ante el hecho del bautismo de familias completas el mismo día pero que de «cierta manera inexplicable» ninguna de esas familias habían infantes (según la interpretación particular antipaidobautista)
Cuando vamos a la Biblia, vemos que Dios incluye a los niños de los creyentes como parte de su pueblo, que en el AT era Israel y en el NT es la Iglesia. Ese mandamiento, Dios no lo ha anulado, ni abrogado, ni quitado. No existe texto bíblico alguno donde Dios haya dicho que los niños están excluidos de lo que ya El mandó.
AT
Génesis 17- Levítico 10:14- Números 18:19-Josue 8:35- Joel 2:16
NT
Mateo 19:14- Hechos 2:38-39- Hechos 3:25- 1 Corintios 7:14
No solo los incluye, sino que manda a ponerles el sacramento de la justificación por la fe, que en el AT era la circuncisión (Romanos 4:11) y el NT es el bautismo (Colosenses 2:11-12)
Nada de esto «lo ven» en esas iglesias que rechazan el bautismo de los niños, ¿será algún tipo de ceguera particular o que todos tienen problemas visuales?
Entonces, como resultado de su doctrina particular anti paidobautista, han creado un «limbo infantil». Sus niños no son parte de la Iglesia, pero a la vez, ellos los ven como parte. Sus niños, son extraños, ajenos a la Iglesia, pero a la vez son domésticos de la misma. Sus niños no tienen ninguna capacidad que les permite ser parte de la Iglesia, pero entonces ellos les enseñan Biblia, les enseñan cantos infantiles, los educan en las cosas de la Iglesia. Y entonces, si fuesen consecuentes con su doctrina de los niños de la Iglesia, no hicieran nada con ellos, ya que no tienen capacidad ninguna, pero entonces hacen una ceremonia de presentación, de la cual tampoco son conscientes. ¿Para que los presentan, si no son parte de la Iglesia?
El «limbo infantil» existe. No lo inventamos los reformados. Lo inventaron las iglesias que rechazan el bautismo infantil con su doctrina particular anti paidobautista. Sus niños, están y no están. Son parte y no son parte. Son niños de la Iglesia pero a la vez no son parte de la Iglesia.
Lo más grandioso de todo, es que aunque existe el «limbo infantil», el Dios del Pacto los ve como ve a todos los hijos de los creyentes, y los incluye en sus promesas, aunque los ministros bautistas se nieguen a poner en ellos la señal del Pacto de Dios.
2 Timoteo 2:13
“Si fuéremos infieles, él permanece fiel; Él no puede negarse a sí mismo.”