
EL Dispensacionalismo clásico original de Darby y Scofield solo reconoce 7 Dispensaciones en las que los hombres eran probados por Dios de diversas maneras y siempre acababa en fracaso y juicio. En cada uno de estos períodos, el Señor “trata con el hombre con un plan diferente del plan de las otras dispensaciones”. Del Sinaí al Calvario fue “la dispensación de la Ley»; desde la cruz a la segunda venida, “la dispensación de la gracia”; desde la segunda venida al final del milenio, “la dispensación del Reino”.
Para los dispensacionalistas no hubo “gracia” alguna en la dispensación desde Moisés a la cruz; tampoco hay “ley alguna” en nuestro período presente de “gracia” (antinomianismo).
Además, nuestra era es la era de la iglesia, como un paréntesis algo accidental por el fracaso de Dios en su trato con Israel, y no tiene nada que ver con el reino.
La era por venir marca el preludio del reino. Según ellos este “reino” político/terrenal le pertenece a la nación judía, la cual será restaurada y su pueblo convertido durante un futuro milenio. Todo esto son solo algunos de sus muchos errores.
Los errores más relevantes del dispensacionalismo eran y son los siguientes:
1.) Enseñan que antes del NT los creyentes se salvaban por una especie de «piedad personal» y una fe ambigua en Dios no centralizada en el sacrificio expiatorio de Cristo.
El apóstol Pedro, en uno de sus discursos dice que la salvación siempre ha estado en la fe del Mesías, Jesús de Nazaret, y que fuera de Él no ha habido, hay, ni habrá, otro medio de salvación.
Hechos 4:11-12
[11] Este Jesús es la piedra reprobada por vosotros los edificadores, la cual ha venido a ser cabeza del ángulo.
[12] Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos.
Jesús, al dirigirse a su apóstol Tomás «el incrédulo», habló de aquellos que creyeron y esperaron en Él en siglos pasados antes de su encarnación.
S. Juan 20:27-29
[27] Luego dijo a Tomás: Pon aquí tu dedo, y mira mis manos; y acerca tu mano, y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente.
[28] Entonces Tomás respondió y le dijo: ¡Señor mío, y Dios mío!
[29] Jesús le dijo: Porque me has visto, Tomás, creíste; BIENAVENTURADOS LOS QUE NO VIERON, Y CREYERON.
También el autor a la epístola de los hebreos dice que este Jesús siempre ha sido el mismo durante todos los tiempos, incluso antes de su encarnación, sin el cual no puede haber salvación alguna, y que dejarse llevar por cualquier otra doctrina es algo extraño a la fe cristiana.
Hebreos 13:8-9
[8] JESUCRISTO ES EL MISMO AYER, Y HOY, Y POR LOS SIGLOS.
[9] No os dejéis llevar de doctrinas diversas y extrañas; porque buena cosa es afirmar el corazón con la gracia, no con viandas, que nunca aprovecharon a los que se han ocupado de ellas.
2.) Enseñan que Dios tiene 2 pueblos, uno terrenal y otro celestial. Las Escrituras enseñan que el pueblo de Dios durante todos los tiempos es uno solo bajo el Mesías, Jesús de Nazareth.
S. Juan 10:16
[16] También tengo otras ovejas que no son de este redil; aquéllas también debo traer, y oirán mi voz; y HABRÁ UN REBAÑO, Y UN PASTOR.
Esas “otras ovejas” que aún no estaban en el redil de Israel, son los gentiles que serían agregados para formar un solo rebaño, no dos.
Efesios 2:11-14
[11] Por tanto, acordaos de que en otro tiempo vosotros, los gentiles en cuanto a la carne, erais llamados incircuncisión por la llamada circuncisión hecha con mano en la carne.
[12] En aquel tiempo ESTABAIS SIN CRISTO, ALEJADOS DE LA CIUDADANÍA DE ISRAEL Y AJENOS A LOS PACTOS DE LA PROMESA, sin esperanza y sin Dios en el mundo.
[13] Pero ahora en Cristo Jesús, vosotros que en otro tiempo estabais lejos, habéis sido hechos cercanos por la sangre de Cristo.
[14] Porque ÉL ES NUESTRA PAZ, QUE DE AMBOS PUEBLOS HIZO UNO, derribando la pared intermedia de separación.
Aquí el apóstol Pablo describe la situación pasada de los gentiles. Eran extraños y ajenos a la ciudadanía de Israel y los pactos de la promesa. Llegado el Mesías, esos gentiles creyentes de Jesús son incorporados a la ciudadanía del Israel de Dios y a los pactos de la promesa. Ya no hay 2 pueblos con 2 planes distintos, sino que de ambos pueblos hace uno.
Tampoco hay reemplazo de uno sobre otros sino incorporación e injerto al Israel de Dios y beneficiarios de los pactos y las promesas, entendidas todas de manera espiritual y exclusiva para los que son de la fe de Jesús. De este modo los términos Israel e Iglesia se usan de manera intercambiable. El Israel de la fe fue la Iglesia veterotestamentaria y la Iglesia actual, injertada por la fe por personas de todo el mundo, forman el Israel de Dios.
3.) Creen que el pueblo terrenal (Israel) aún no ha poseído la tierra prometida a Abraham sino que lo contemplan como algo futuro, cuando eso ya se cumplió en tiempos de la conquista con Josué y de manera más amplia bajo el reinado de Salomón con su extensión hasta el río Eufrates.
Josué 21:43,45
[43] De esta manera DIO EL SEÑOR A ISRAEL TODA LA TIERRA QUE HABÍA JURADO DAR A SUS PADRES, y la poseyeron y habitaron en ella.
[45] No faltó palabra de todas las buenas promesas que Jehová había hecho a la casa de Israel;
TODO SE CUMPLIÓ.
1 Reyes 4:20-21
[20] Judá e Israel eran muchos, como la arena que está junto al mar en multitud, comiendo, bebiendo y alegrándose.
[21] Y Salomón señoreaba sobre todos los reinos DESDE EL EUFRATES HASTA LA TIERRA DE LOS FILISTEOS Y EL LÍMITE CON EGIPTO; y traían presentes, y sirvieron a Salomón todos los días que vivió.
Estos textos nos dejan ver que la promesa de herencia terrenal NO ES FUTURA. Claramente dice «TODO SE CUMPLIÓ» (cf Josué 21.45).
4.) Los patriarcas nunca vieron la promesa de una porción de tierra en este mundo como la promesa real, sino como una «figura» de la eterna y verdadera. Por ese motivo no se afincaron en la tierra prometida mientras vivieron en ella, sino que fabricaron tiendas, como personas que estaban de paso por este mundo material donde todo será destruido.
Hebreos 11:8-10,14-16
[8] Por la fe Abraham, siendo llamado, obedeció para salir al lugar que había de recibir como herencia; y salió sin saber a dónde iba.
[9] Por la fe HABITÓ COMO EXTRANJERO EN LA TIERRA PROMETIDA como en tierra ajena, morando en tiendas con Isaac y Jacob, coherederos de la misma promesa;
[10] porque ESPERABA LA CIUDAD que tiene fundamentos, CUYO ARQUITECTO Y CONSTRUCTOR ES DIOS.
[14] Porque los que esto dicen, claramente dan a entender que buscan una patria;
[15] pues si hubiesen estado pensando en aquella de donde salieron, ciertamente tenían tiempo de volver.
[16] Pero anhelaban una mejor, esto es, celestial; por lo cual Dios no se avergüenza de llamarse Dios de ellos; porque les ha preparado una ciudad.
Abraham y los patriarcas no eran tan carnales como los judíos y los dispensacionalistas, y entendieron el lenguaje de Dios en términos espirituales, sin apego material, terrenal y pasajero. Entendieron las promesas aplicando lo espiritual a lo espiritual. Esto es algo que los judíos y los dispensacionalistas nunca han entendido ni entenderán jamás a menos que Dios les alumbre el entendimiento.
Igualmente, hay que aceptar, que la comprensión de los textos sagrados son una gracia dada por Dios a quienes Él quiere, y éstos entenderán.
S. Marcos 4:11-12
[11] Y les dijo: A VOSOTROS OS ES DADO SABER EL MISTERIO DEL REINO DE DIOS; mas a los que están fuera, por parábolas todas las cosas;
[12] para que viendo, vean y no perciban; y oyendo, oigan y no entiendan; para que no se conviertan, y les sean perdonados los pecados.