Gracias a Dios hay cada vez más iglesias cristianas que han conseguido quitarse de encima la herejía dispensacionalista con su quiliasmo judaizante, su falsa escatología y su blasfema propuesta de volver al derramamiento de sangre de animales como un futuro plan de Dios, pisoteando así el sacrificio único y eterno de Cristo.
Aún así, y después de haberse despojado de sus errores mayores, siempre existe aún en muchas de ellas otros resquicios que son propios de esta herejía.
Estos errores son:
Creer en la invalidación de la Ley de Dios como “norma de conducta” para el cristiano.
Piensan que la Ley solo es para inculpar y conducir al pecador a implorar la salvación en Cristo. Esto es cierto pero Cristo no abolió lo anterior. La Ley sirve y es vigente para ambos usos.
La iglesia “no está bajo La Ley” como medio de justificación ante Dios pero tampoco está libre de la Ley en cuanto a sus normas morales.
S. Mateo 5:17-19
[17] 
No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir.
[18] Porque de cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la ley, hasta que todo se haya cumplido.
[19] De manera que cualquiera que quebrante uno de estos mandamientos muy pequeños, y así enseñe a los hombres, muy pequeño será llamado en el reino de los cielos; mas cualquiera que los haga y los enseñe, éste será llamado grande en el reino de los cielos.
Este concepto errado de La Ley y nuestros deberes hacia ella conduce a los siguientes errores.
Abolición del día de reposo.
Es contradictorio creer que de los 10 mandamientos permanecen vigentes excepto la observancia del día de reposo.
Esta abolición se debe a la falsa creencia dispensacionalista de que el día de reposo era solo una “ley ritual” que apuntaba a nuestro descanso en Cristo, haciendo de Él nuestro día de reposo constante.
Aunque esto es cierto no se omite su “principio moral” permanente hasta el fin de este siglo. Este principio fue observado primeramente por Dios mismo, reposando al 7º día después de los 6 días de obrar en la creación. Su propósito era y es separar el día semanal como “santo” para reunirse con la comunidad de los creyentes en adoración corporativa y el descanso natural de los afanes de la semana.
Este día de reposo semanal también tiene un carácter profético que apunta a nuestro descanso eterno al llegar a nuestra morada celestial. Digamos, pues, que es un anticipo de aquello que nos espera.
Durante el Antiguo Pacto era el séptimo día de la semana pero bajo el Evangelio, y siento Jesús el Señor del día de reposo, se removió la fecha al primer día de la semana en virtud de su resurrección, en la que comenzaba una nueva creación universal espiritual. De ahí que bajo el nuevo pacto hablar del día de reposo y hablar del día del Señor semanal sean términos intercambiables, convirtiéndose así el Domingo en el Sabbat del cristiano. Este mandamiento sigue aún en pie bajo el espíritu del Evangelio junto con el resto de los mandamientos del Decálogo.
Creer que el pacto sinaítico es pacto de obras.
Repitiendo lo que dije al principio sobre el despojo de muchos cristianos acerca de la herejía dispensacionalista respecto a la idea del reino mesiánico, la salvación consumada, el culto, y la futura herencia terrenal judaizante, hay que añadir que aún muchos conservan la idea dispensacionalista de que el pacto Sinaítico fue pacto de obras.
Es cierto que cuando Dios establece este pacto en el Sinaí hay una entrega de la ley y una especie de repetición de exigencia de obras que nos recuerda al pacto establecido con Adán. Sin embargo la esencia misma de este pacto no es de obras, ni pretende que nadie pueda ser justificado ante Dios por medio de hacer esto o aquello, sino más bien para mostrar su total incapacidad y dependencia total del sacrificio de animales y del derramamiento de sangre para la remisión de sus pecados en los cuales estaba Cristo tipificado.
Dios entrega su ley en Éxodo 20 a un pueblo que ha sido elegido por gracia y previamente redimido antes de entregarles la ley para posteriormente obrar en virtud de esa gracia recibida.
También conviene recordar que dicho pacto no invalidó el pacto previo establecido con el padre Abraham, sino que le dá continuidad y además es sellado con sangre de animales inocentes que representaban a Cristo, mostrando una vez más que el pacto de gracia continuaba vigente en el Sinaí.
El apóstol Pablo habla sobre esto y escribe:
Gálatas 3:15-17
[15] Hermanos, hablo en términos humanos: Un pacto, aunque sea de hombre, una vez ratificado, nadie lo invalida, ni le añade.
[16] Ahora bien, a Abraham fueron hechas las promesas, y a su simiente. No dice: Y a las simientes, como si hablase de muchos, sino como de uno: Y a tu simiente, la cual es Cristo.
[17] Esto, pues, digo: El pacto previamente ratificado por Dios para con Cristo, la ley que vino cuatrocientos treinta años después, no lo abroga, para invalidar la promesa.
Abolición de la señal del Pacto sobre los infantes.
Siguiendo el error del punto anterior, muchos hermanos han llegado a creer que la señal sacramental del pacto de gracia establecido con Abraham sobre los bebés debe ser igualmente abolido.
Hay que aclarar que la señal de la circuncisión sobre los bebés no era una distinción racial sino una distinción y señal del pacto de Dios con Su pueblo de creyentes profesantes y sus hijos, aún antes de la capacidad de raciocinio y asentamiento y profesión de la fe.
Romanos 4:11
[11] Y recibió la circuncisión como señal, como sello de la justicia de la fe que tuvo estando aún incircunciso; para que fuese padre de todos los creyentes no circuncidados, a fin de que también a ellos la fe les sea contada por justicia.
Génesis 17:11-12
[11] Circuncidaréis, pues, la carne de vuestro prepucio, y será por señal del pacto entre mí y vosotros.
[12] Y de edad de ocho días será circuncidado todo varón entre vosotros por vuestras generaciones (…).
Nunca se dice que Isaac creyó al octavo día de nacido y le fue dada la circuncisión como señal. Fue Abraham quien ejerció y profesó la fe, recibiendo además la orden divina de poner la señal de su pacto sobre sus descendientes en la infancia como muestra de Su buena voluntad hacia ellos, prometiendo ser también su Dios y operar en su corazón lo que se promete en el sacramento dado en la infancia.
Jesús explica a los fariseos que la señal de la circuncisión no tenía nada que ver con ningún pacto de obras, sino con el pacto de gracia revelado a Abraham y cumplido plenamente con su encarnación, siendo el mismo Jesús “la simiente de Abraham”, por lo cual la señal no podía ser anulada aunque cambiara el modelo por una señal incruenta y donde el bautismo reemplazaría a la circuncisión.
S.Juan 7:22
[22] Por cierto, Moisés os dio la circuncisión, no porque sea de Moisés, sino de los padres ; y en el día de reposo circuncidáis al hombre.
Colosenses 2:11-12
[11] En él también fuisteis circuncidados con circuncisión no hecha a mano, al echar de vosotros el cuerpo pecaminoso carnal, en la circuncisión de Cristo;
[12] sepultados con él en el bautismo, en el cual fuisteis también resucitados con él, mediante la fe en el poder de Dios que le levantó de los muertos.
Abolición del diezmo.
Dándole continuidad al desprecio que profesan los dispensacionalistas contra la ley de Dios, no solo abrogan el día de reposo y la señal del pacto, sino que dentro de esta abolición anulan también la ley moral de darle a Dios la décima parte de lo que Dios nos provee a nosotros con el doble propósito de darle gloria a Él y aportar para el sostenimiento y extensión de su obra.
Estos abolicionistas se basan en las declaraciones de las cartas paulinas en las que se habla de voluntariedad, proporcionalidad y según la disposición del corazón. Sin embargo no se percatan de que estos principios apostólicos no son contrarios a la ley del diezmo, ya que en dicha ley están presentes todos esos requisitos. De hecho el acto de diezmar a Dios, dándole una parte proporcional según se haya prosperado, no es contemplada bajo la antigua dispensación como una ley que conlleva castigo, sino como ofrenda a Dios, y en ese término se expresa el profeta Moisés llamando “ofrenda” al diezmo.
Números 18:26
[26] Así hablarás a los levitas, y les dirás: Cuando toméis de los hijos de Israel los diezmos que os he dado de ellos por vuestra heredad, vosotros presentaréis de ellos en ofrenda mecida al SEÑOR el diezmo de los diezmos.
El propósito “moral” de la ley del diezmo era doble:
1) Dar sostenimiento a su culto, su lugar de culto y sus ministros de culto.
Números 18:25-26,31
[25] Y habló el SEÑOR a Moisés, diciendo:
[26] Así hablarás a los levitas, y les dirás: Cuando toméis de los hijos de Israel los diezmos que os he dado de ellos por vuestra heredad, vosotros presentaréis de ellos en ofrenda mecida al SEÑOR el diezmo de los diezmos.
[31] Y lo comeréis en cualquier lugar, vosotros y vuestras familias; pues es vuestra remuneración por vuestro ministerio en el tabernáculo de reunión.
Bajo la nueva dispensación el apóstol Pablo hace uso de esta ley dándole vigencia para el mismo sostenimiento y remuneración de los ministros de el nuevo pacto, comparando a los ministros del evangelio con aquellos sacerdotes que ministraban en el altar en la antigua dispensación. Por lo cual no hay abolición del mandamiento ni de su principio aunque puede cambiar en las formas, haciendo una entrega en metálico y no ya en el antiguo Templo, sino a la iglesia, siendo ésta el templo y casa del Dios vivo.
1 Corintios 9:9-14
[9] Porque en la ley de Moisés está escrito: No pondrás bozal al buey que trilla. ¿Tiene Dios cuidado de los bueyes,
[10] o lo dice enteramente por nosotros? Pues por nosotros se escribió; porque con esperanza debe arar el que ara, y el que trilla, con esperanza de recibir del fruto.
[11] Si nosotros sembramos entre vosotros lo espiritual, ¿es gran cosa si segáremos de vosotros lo material?
[12] Si otros participan de este derecho sobre vosotros, ¿cuánto más nosotros?Pero no hemos usado de este derecho, sino que lo soportamos todo, por no poner ningún obstáculo al evangelio de Cristo.
[13] ¿No sabéis que los que trabajan en las cosas sagradas, comen del templo, y que los que sirven al altar, del altar participan?
[14] Así también ordenó el Señor a los que anuncian el evangelio, que vivan del evangelio.
2) La ayuda a los creyentes sin recursos.
El segundo propósito de la ley moral del diezmo era socorrer en sus necesidades a los más vulnerables. Estos eran en los antiguos tiempos las mujeres que quedaban viudas, los menores que quedaban huérfanos, y los inmigrantes que no tenían ingresos.
Deuteronomio 26:12-13
[12] Cuando acabes de diezmar todo el diezmo de tus frutos en el año tercero, el año del diezmo, darás también al levita, al extranjero, al huérfano y a la viuda; y comerán en tus aldeas, y se saciarán.
[13] Y dirás delante del SEÑOR tu Dios: He sacado lo consagrado de mi casa, y también lo he dado al levita, al extranjero, al huérfano y a la viuda, conforme a todo lo que me has mandado; no he transgredido tus mandamientos, ni me he olvidado de ellos.
Los dispensacionalistas abolicionistas anulan este mandamiento, sin embargo la iglesia neotestamentaria siguió con la misma práctica y principio, no dando solamente el 10% para socorrer a estos hermanos, sino aún vendiendo sus propiedades.
Hechos 4:34-35
[34] Así que no había entre ellos ningún necesitado; porque todos los que poseían heredades o casas, las vendían, y traían el precio de lo vendido,
[35] y lo ponían a los pies de los apóstoles; y se repartía a cada uno según su necesidad.
Esta distribución de los bienes a los necesitados con lo recolectado dio origen al ministerio de la diaconía y la misericordia, liberando así de este trabajo a los pastores a fin de que ellos pudieran dedicarse exclusivamente a estudiar, leer, predicar y enseñar la Palabra de Dios.
Hechos 6:1-6
[1] En aquellos días, como creciera el número de los discípulos, hubo murmuración de los griegos contra los hebreos, de que las viudas de aquéllos eran desatendidas en la distribución diaria.
[2] Entonces los doce convocaron a la multitud de los discípulos, y dijeron: No es justo que nosotros dejemos la palabra de Dios, para servir a las mesas.
[3] Buscad, pues, hermanos, de entre vosotros a siete varones de buen testimonio, llenos del Espíritu Santo y de sabiduría, a quienes encarguemos de este trabajo.
[4] Y nosotros persistiremos en la oración y en el ministerio de la palabra.
[5] Agradó la propuesta a toda la multitud; y eligieron a Esteban, varón lleno de fe y del Espíritu Santo, a Felipe, a Prócoro, a Nicanor, a Timón, a Parmenas, y a Nicolás prosélito de Antioquía;
[6] a los cuales presentaron ante los apóstoles, quienes, orando, les impusieron las manos.
Posteriormente el apóstol Pablo menciona a otros hermanos y mujeres con la gracia de socorrer a estos necesitados, además de ser ellas parte del grupo de estas viudas socorridas.
Romanos 12:6-8
[6] De manera que, teniendo diferentes dones, según la gracia que nos es dada, si el de profecía, úsese conforme a la medida de la fe;
[7] o si de servicio, en servir; o el que enseña, en la enseñanza;
[8] el que exhorta, en la exhortación; el que reparte, con liberalidad; el que preside, con solicitud; el que hace misericordia, con alegría.
1 Timoteo 5:9-10
[9] Sea puesta en la lista sólo la viuda no menor de sesenta años, que haya sido esposa de un solo marido,
[10] que tenga testimonio de buenas obras; si ha criado hijos; si ha practicado la hospitalidad; si ha lavado los pies de los santos; si ha socorrido a los afligidos; si ha practicado toda buena obra.
Hemos visto que La Ley de Dios no solo tenía la intención de mostrar la culpa al transgresor para que recurriera a Dios en busca del perdón por medio de los sacrificios, sino que también es una expresión de su voluntad y su moral a la cual nosotros debemos estar sujetos.
Entendiendo esto, y su vigencia en este sentido, debemos renunciar a los errores de los dispensacionalistas:
a) No omitiendo la santificación del día del Señor,
b) rechazando la doctrina de que el pacto sinaítico es un pacto de obras «añadido» sobre el pacto Abrahámico,
c) aboliendo la señal y sacramento del pacto sobre los bebés del pueblo de Dios,
d) anulando el mandamiento del diezmo como ofrenda y principio moral para el sostenimiento del culto a Dios y socorro a los hermanos necesitados.
¡Por Cristo y la Reforma de la Iglesia!
Pr. Juan Sanabria Cruz 
IGLESIANDO 