Estaba colgado en una pared de la sala de mi casa natal. No se quien fue el autor, pero desde que tengo memoria lo vi alli y muchas veces lo mire. El autor de ese cuadro interpreto con su pincel a Jesus llorando sobre la ciudad de Jerusalen. Se veia a Jesus sentado en una piedra en lo alto de una colina, en el cielo se veia la luna con su resplandor entre las nubes, a lo lejos entre la penumbra, se dibujaba la silueta de la ciudad de Jerusalen. Jesus mira hacia la ciudad y se ve llorando. Hace unos dias cuando leia la Palabra de Dios pase sobre ese texto, y rapidamente a mi mente vino la imagen del cuadro de mi casa natal que nunca voy a olvidar.
«…y cuando llego cerca de la ciudad, al verla, lloro sobre ella, diciendo: «¡oh, si tambien tu conocieses, a lo menos en este dia lo que es para tu paz!, mas ahora esta encubierto a tus ojos. Porque vendran dias sobre ti cuando tus enemigos te rodearan con vallado, y te sitiaran, y por todas partes de estrecharan, y te derribaran a tierra, y a tus hijos dentro de ti, y no dejaran en ti piedra sobre piedra, por cuanto no conociste el tiempo de tu visitacion.» (Lucas 19:41-44)
Aun con la imagen del cuadro en la mente, me puse a meditar en las lagrimas de Jesus sobre su amada ciudad de Jerusalen. Me puse a pensar en mi querida patria esclava, en tanta gente que muere joven sin conocer de Jesus, en tantas familias que han perdido sus hogares, en tanta gente que adoran idolos porque no conocen al verdadero Dios o viven de espaldas a El, en tanta gente que desfallecen de hambre cuando aqui se desecha tanta comida, en tantos niños que no conoceran a sus padres ni tendran un hogar donde encontrar cariño y proteccion porque se ha mutilado el concepto de hogar en la familia cubana, en tantos hermanos en Cristo que sufren carencias por no negar su fe y no vender sus conciencias, en tantos matrimonios que se han roto, en tantos jovenes, hombres y mujeres que andan sin rumbo ni direccion, en tantos jovenes, hombres y mujeres que terminan con sus vidas porque prefieren suicidarse a enfrentarse con valor al dolor de la vida, en tantos cubanos que han perdido la alegria de vivir y se acuestan en sus camas no queriendo despertar al dia siguiente, en tanta belleza natural de mi patria que hoy se contempla con ojos tristes.
Sin darme cuenta, yo tambien estaba llorando.