En el pueblo donde nací  le deciamos «ojo de agua». En otras latitudes tendra otros nombres, pero significan lo mismo. Son los manantiales, o las fuentes de agua donde nacen los rios. Es maravilloso ver como el agua brota de las entrañas de la tierra para comenzar su cauce de bendicion a todos. Animales, plantas y hombres recibiran su frescura, saciaran su sed, y recogeran hermosos frutos de sus cosechas. El agua es una bendicion de Dios.

Es el Espiritu Santo el que nos confronta con la Palabra de Dios, y fue a Santiago, el hermano de Jesus, quien uso  para amonestarnos. Hace varios dias este texto esta revoloteando en mi mente, desempolvando con sus alas la rutina de mi vida.

« De una misma boca proceden bendición y maldición. Hermanos míos, esto no debe ser así.
¿Acaso alguna fuente echa por una misma abertura agua dulce y amarga?» Santiago 3: 10-11

Es nuestra realidad. Sabemos que no se debe hacer, sabemos que esta mal, pero lo hacemos. Sabemos que no debemos mentir, pero mentimos. Sabemos que no debemos hablar mal de otras personas en su ausencia, pero lo hacemos. Sabemos que no debemos juzgar a nuestros semejantes, pero lo hacemos. Sabemos que no debemos murmurar, pero lo hacemos. Sabemos que no debemos provocar a ira, pero lo hacemos. Sabemos que no debemos ofender, pero ofendemos. Sabemos que no debemos defraudar, pero defraudamos. Sabemos que no debemos abusar, pero abusamos. Sabemos que no debemos incumplir, pero incumplimos. Sabemos, sabemos, sabemos;……la lista es grande de lo que sabemos, y no hacemos, precisamente por eso no sigo, porque sabemos lo que esta mal, pero lo hacemos.

Cuando hacemos eso, somos fuentes de dos aguas. Por nuestra boca estan saliendo dos tipos de agua. Con la misma lengua que oramos y cantamos al Señor, hablamos lo que sabemos que no debemos hablar. ¿Por que lo hacemos? El Espiritu nos dice hoy: ESTO NO DEBE SER ASI.

No hace falta que nos digan lo que sabemos, como si no lo supieramos. Lo que si debemos escuchar a menudo es la amonestacion de Santiago: «ESTO NO DEBE SER ASI». Cuando mi boca esta siendo una fuente de dos aguas, necesito a alguien que me amoneste: «ESTO NO DEBE SER ASI».  Santiago me amonesto. Quizas es tiempo hoy de que el te amoneste a ti tambien.

No dejes que tu fuente tenga dos aguas. Deja que de tu interior, corra un rio de agua viva, bendiciendo a otros con la frescura del Señor. Refrena tu lengua, y no hagas lo que ya sabes que no debes hacer. Si lo vuelves a hacer, la Palabra de Dios te amonesta, que eso, NO DEBE SER ASI.

«Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas, Así clama por ti, oh Dios, el alma mía. Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo……» Salmo 42: 1-2

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