El 31 de octubre de 1517 fue el día en que quedo fijado el comienzo de la Reforma protestante. Este año se cumplen quinientos años de ese hecho histórico que comenzó y aun no termina. Quinientos años de luz. Medio siglo de apologia de la fe apostólica. Quinientos años de prejuicios y recelos contra la fe reformada. Iglesias que nacieron de la Reforma luego se desviaron de ella y necesitan ser reformadas. Muchas iglesias evangélicas hoy necesitan exponerse a la Reforma porque sus doctrinas se han contaminado con varias corrientes heréticas. ¿Como celebrar los quinientos años de la Reforma sin las doctrinas reformadas? La Reforma hoy sufre mas persecusion dentro de la Iglesia evangélica que de la romana. Hoy la Iglesia evangélica esta llena de protestantes, pero no contra Roma, sino contra la Reforma. Protestantes que protestan contra la protesta. Han perdido la brújula de su protesta, porque la gran mayoría ignora por que protestan y contra quien protestan. Es una lucha de prejuicios, falsos estereotipos colmada de la mayor ignorancia histórica y doctrinal. El analfabetismo histórico y doctrinal de la Iglesia hoy es preocupante. Ni hablar del analfabetismo bíblico. ¿Como puedes cantar con los ojos cerrados y las manos levantadas que quieres conocer mas a Cristo, pero no lees ni estudias su Palabra? ¿Como puedes decir que amas al Señor si no te importa lo que el dijo? ¿Como dices que deseas obedecer sus mandamientos pero no sabes lo que mando?
En este medio siglo, algunas veces la luz de la Reforma ha sido un faro que alumbra lejos. Otras, ha sido una vela cuya luz mortecina casi languidece, pero no se apaga. La Reforma es un dedo que apunta hacia la dirección correcta. Es un libro que explica. Es una brújula que orienta. No es la perla de gran precio, pero es la carta náutica que nos guía hacia ella. No es el gran tesoro escondido, pero es el mapa que nos marca el camino que conduce hacia el.
Creo que mi mejor tributo hoy a la Reforma es recordar mi propia reforma. Recordar como la Providencia de Dios me llevo a conocer la fe reformada. Fue en el mes de mayo de 1996. Un hermano de la iglesia bautista en la cual nací, emigro del país y sabiendo mi afecto por los libros, me dejo una caja de libros. Dentro de ese grupo de libros había uno pequeño llamado «Doctrinas Claves». Es una explicación resumida y concisa de las cinco doctrinas principales de la gracia, o lo que mas comúnmente se conoce como «los 5 puntos del Calvinismo». Lo tome para hojearlo, pero no pude dejar de leer. Lo lei completo esa vez y algo se prendió en mi mente. Volví a comenzar su lectura, pero esta vez con la Biblia en la mano y con una pluma para hacer notas. Ese día, fueron clavadas en mi pecho las doctrinas de la Gracia. Dios había comenzado la reforma en mi.
Prendido por aquella chispa de la providencia, mire el pequeño libro por detrás y había una editorial, «El Estandarte de la Verdad» (The Banner of Truth») Habia una dirección de Escocia y una de EUA. No sabia una palabra en ingles. Hice una carta en castellano dirigida a estos hermanos dudando que pudieran leerla, en ella les decía brevemente que era un cristiano que recién había conocido las doctrinas de la Gracia y que estaba ávido de conocer mas. Que no tenia dinero para comprarles libros, pero que les dejaba saber mis deseos por aprender mas de la doctrina reformada. Envié la carta con una leve esperanza de que aquello serviría de algo. Pasaron dos meses. Ya me había olvidado. Un día, recibo una notificación que tenia un paquete en la oficina de Correos. Extrañado llegue a recogerlo y cual fue mi sorpresa al ver la dirección del «Estandarte de la Verdad» en la selladura del paquete. No solo habían leído mi carta, sino que me habían enviado de forma gratuita un grupo de libros sobre la fe reformada, incluidos los dos tomos de la Institución de Juan Calvino, los cuales aun conservo y son consulta de primera mano en mis estudios teológicos.
Recuerdo esos días y mi corazón se desborda de gratitud por ese gesto de esos hermanos que sin conocerme me enviaron ese preciado tesoro que aun conservo. Llevo 21 años en la fe reformada y hoy celebro mi reforma junto con los 500 años de la Reforma de la Iglesia. Dije que aun no termina. Es cierto, la reforma no comenzó para terminar. Es constante. «Iglesia reformada, siempre reformándose». Es constante la reforma porque nos equivocamos tambien a cada paso. Nuestra mente se va muy fácil tras los cantos de sirena del error, por eso necesitamos estar en una constante reforma.
Es mi deseo que muchos hermanos, lideres y ministros evangélicos se expongan a la reforma. Necesitan evaluar sus enseñanzas a la luz de la fe reformada. ¿Por que? Porque fue en la Reforma donde se replanteo la doctrina apostólica. Fue allí que se expuso el error y se confronto con la verdad de las Escrituras. Muchos dicen que prefieren las Escrituras a la Reforma pero eso es parte de ignorar las doctrinas reformadas. No existe contradicción entre la Biblia y la Reforma. La Reforma no fue para sustituir la Biblia sino para exponerla en su justa medida y alcance. La Reforma fue el grito de la Iglesia para volver a la forma bíblica y apostólica. Dios uso a esos reformadores para que el estandarte de su verdad ondeara de nuevo sobre los pueblos y ciudades de una Europa sumida en las tinieblas del error y la ignorancia.
Este es mi sencillo tributo. Recordar hoy mis 21 años en la fe reformada. Yo fui de los que no le importo gastarlo todo para comprar el campo donde esta el tesoro. Mi gratitud no se extingue. Doy gracias a Dios todos los días por estos 21 años. Por cada libro, cada hermano, cada clase, cada ministro que ha extendido su mano para que pueda avanzar un paso mas en el conocimiento de mi Señor. A todos soy deudor.